Ingesan y Comunitelia se unen para prestar servicios integrales en un centro de mayores de Castilla-La Mancha por un importe próximo a los 3,5 millones de euros
5 de octubre de 2021
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A instancias de la Secretaría General de la Consejería de Bienestar Social de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha la UTE formada al 80% por Ingesan, filial de OHLA especializada en los sectores de limpieza, mantenimiento y eficiencia energética de inmuebles, atención a las personas y servicios urbanos, y por la castellano-manchega Comunitelia –con un 20% de participación–, se ha adjudicado la gestión integral de la residencia de mayores Virgen de Peñarroya, en el municipio de Argamasilla de Alba (Ciudad Real). El contrato cuenta con una vigencia de dos años y posibilidad de prórroga de dos años más, con un presupuesto que roza los 3,5 millones de euros.
Destacan, entre los servicios incluidos en el acuerdo, la prestación de una atención auxiliar sociosanitaria a 46 personas residentes y otros 20 beneficiarios/as que acuden al centro en horario diurno, de acuerdo con los objetivos definidos por la Dirección General de Mayores de la Consejería de Bienestar Social. Asimismo, se llevarán a cabo labores de limpieza y mantenimiento del edificio, con 3.285,20 m² de superficie construida, a los que se suman los servicios de lavandería, recepción, restauración y transporte adaptado.
Todo ello con el objetivo de preservar un entorno en el que prima un ambiente que recuerda a los hogares convencionales, con espacios personalizados y de convivencia que facilitan las relaciones humanas entre las personas con distintos grados de dependencia funcional y psicosocial, y donde la vida en comunidad y la necesidad de cuidado profesional fomentan el respeto por los derechos, la dignidad y la autonomía personal.
La actividad llevada a cabo por Ingesan y Comunitelia afianza el propósito del Centro Virgen de Peñarroya, centrado en ofrecer una completa atención sociosanitaria a las personas mayores y facilitar la continuidad de su proyecto de vida, favoreciendo su vinculación al grupo familiar y su entorno habitual, en un proceso personal de adaptación activa a la realidad, prestando los cuidados profesionales que sean precisos para cada persona residente a partir de sus capacidades y no de sus limitaciones.