Juan-Miguel Villar Mir ofrece una conferencia en la RAI sobre la crisis económica actual y las medidas para salir de la misma
5 de febrero de 2009
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Juan-Miguel Villar Mir, presidente de OHL, impartía el 27 de enero una conferencia en la Real Academia de Ingeniería, de la que es miembro, bajo el título La crisis económica actual. Sus orígenes y características. Medidas para salir de la crisis, ante más de 150 de personas y con destacada presencia de medios de comunicación.
El presidente del Grupo inició su exposición, en el salón de actos principal de la RAI que lleva su nombre, con una introducción sobre los modelos y los ciclos económicos. Posteriormente, explicó a los asistentes el origen de la actual crisis financiera mundial, haciendo referencia, a la fase expansiva vivida entre 1992-2007 y, en concreto, apuntando al periodo 2004 a 2007, “el de mayor prosperidad, bonanza, bienestar y desarrollo en más de 30 años de la economía mundial”.
Tras la finalización de esa etapa de gran crecimiento, según especificó, “la economía mundial se va a situar en una profunda crisis”, una de las crisis financieras más graves de la historia, que se inicia con fallos regulatorias y sustantivos del sistema financiero en Estados Unidos y con el hundimiento de las hipotecas subprime en agosto de 2007.
Con el objetivo de contextualizar a los asistentes, Juan-Miguel Villar Mir se centró en el estallido de la crisis, con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, el hundimiento de los activos hipotecarios, que llevó a varias entidades hipotecarias norteamericanas a la bancarrota, el impacto sobre los mercados financieros y la desaparición de la banca de inversión estadounidense con Bear Stearns, Merrill Lynch o Lehman Brothers, como claros ejemplos.
Durante la conferencia en la Real Academia de Ingeniería, el presidente de OHL, apuntó que existen importantes paralelismos entre esta crisis y la del 29. En ambos casos, el origen se encuentra en los excesos cometidos en los años de pujanza económica previos a su estallido derivados “tanto entonces como ahora de la expansión de la masa monetaria y de unos tipos de interés muy reducidos”. En esta misma línea apuntó que otra semejanza es “el brusco frenazo del crédito que ha seguido al estallido de la crisis”
En lo que respecta a la posición de España, Juan-Miguel Villar Mir resaltó que “la crisis financiera mundial ha coincidido con el final de nuestra fase cíclica expansiva y con el pinchazo de nuestra burbuja inmobiliaria, que puede fecharse a mediados de 2007”. En este sentido destacó que en nuestro país, coexisten dos crisis: la financiera mundial y la inmobiliaria española.
Esta situación ha sido propiciada por la evolución del sector de la construcción que ha mantenido un ritmo de crecimiento continuado en España durante 11 años, desde 1997 a 2007. En concreto, en el período de cinco años que transcurre desde 2003 hasta 2007, la construcción contribuyó con un 27% al crecimiento económico de España. Y en el período 1997-2007, del 45,4% que creció el PIB, 10,6 puntos proceden de la inversión en construcción, y 5,7 puntos porcentuales proceden de la inversión en vivienda.
Todo ello ha dado lugar a la formación de una burbuja inmobiliaria, que ha alcanzado una especial relevancia en nuestro país, aunque no es un fenómeno exclusivo de España. Otros países desarrollados, como Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda o Islandia, también se han visto afectados, “pero en España ha alcanzado una especial magnitud”. De esta forma, apuntó a los asistentes que el precio de la vivienda creció un 193% entre 1998 y 2008 y durante los últimos años del boom se construyeron viviendas a un ritmo de 700.000 anuales “el doble de la demanda sostenible a largo plazo, que, según diversas estimaciones, se encuentra entre 350.000 y 400.000”.
En este sentido, Juan-Miguel Villar Mir indicó que el modelo de crecimiento que ha caracterizado a la economía española en la última década y media, sustentado en la construcción de viviendas “no era sostenible a largo plazo”. Por ello, según sus estimaciones, el ajuste, en este ámbito, se va a prolongar hasta que el “mercado digiera completamente el stock de viviendas sin vender, que se estima entorno a un millón, lo que podría suponer la peor crisis en la historia del sector”.
Sin embargo, esta situación no va a afectar a todas las empresas por igual. El Grupo OHL tiene una participación en actividad residencial muy reducida. Según la estrategia marcada en 2002, OHL no realiza ni realizará jamás actividad inmobiliaria alguna. A día de hoy, según explicó Juan-Miguel Villar Mir, el segmento de la construcción residencial representa menos del 2% del EBITDA. En consecuencia, “OHL al haberse centrado en actividades que están al margen de la crisis inmobiliaria, no se ha visto afectada por ella”. Además, es la única constructora española con rating financiero -Investment Grade de Moody´s y Fitch-.
Para salir de esta situación, Juan-Miguel Villar Mir indicó en su intervención diferentes medidas. De esta forma hizo referencia al reajuste del sector inmobiliario, a la apuesta por la inversión en infraestructuras y a la mejora de la competitividad.
En lo que respecta al sector inmobiliario resaltó que “hasta que el proceso de ajuste finalice, el sector inmobiliario no se encontrará en disposición de iniciar una nueva expansión”. Sobre este ámbito indicó dos actuaciones. El Gobierno debe facilitar que los compradores puedan adquirir las viviendas “tomando las medidas necesarias para que el crédito vuelva a fluir a las familias”. Por su parte, los promotores deben dar salida “lo antes posible al stock de viviendas excedentarias, mediante su venta a precios realistas, con rebajas sustanciales y asumiendo las pérdidas correspondientes”.
Sobre la inversión en infraestructuras apuntó que el gasto público empleado en las medidas de choque para reactivar la economía “debe estar orientado fundamentalmente a la inversión en infraestructuras, al ser el que ejerce un mayor efecto de arrastre sobre el conjunto de la actividad económica y sobre el empleo, y a un plazo más inmediato”. En esta misma línea especificó que el gasto en infraestructura permitirá incrementar la competitividad de España y su capacidad de crecimiento a largo plazo.
Por su parte y centrado en la mejora de la competitividad destacó que “es imperativo emprender un conjunto de reformas estructurales con el fin de elevar nuestra productividad, nuestra competitividad y nuestro nivel de empleo”. Entre las actuaciones prioritarias apuntó a la reforma del mercado laboral “dirigida a aumentar su flexibilidad y su eficiencia”, la mejora de nuestro capital humano “España necesita un serio esfuerzo de mejora de nuestros planes y métodos de educación”, el apoyo a la inversión en I+D+i y a la implantación de nuevas tecnologías “en todas las fases del proceso productivo y en todos los sectores económicos”. Junto a ellas destacó a la reforma del sistema impositivo y la clara apuesta por la “unidad de mercado español”.
Para finalizar, Juan-Miguel Villar Mir resaltó que “la grave situación actual -que ya ha producido un deterioro en el rating financiero del Reino de España- debe suponer el revulsivo necesario para que el conjunto de la sociedad tome conciencia de la necesidad de actuar y de tomar las medidas necesarias para alcanzar el nivel de competitividad que debe corresponder a la octava economía del mundo”.
Además, especificó, haciendo referencia al saber popular, que “muchas veces las cosas tienen que empeorar para poder arreglarse. Puede que esto sea aplicable hoy a la economía española”. En este sentido destacó que “probablemente necesitamos un Gran Pacto de Gobierno y Oposición y también de los representantes Económicos y Sociales, comprometiéndose de forma conjunta para hacer frente a la difícil situación que hoy vive nuestra economía”.
Discurso Completo del Presidente en la Real Academia de Ingeniería