OHL se adjudica la ampliación de la primera fase del Canal de Navarra
27 de marzo de 2014
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El Gobierno de Navarra, a través del Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias (INTIA), ha adjudicado a la UTE OHL-Agbar, liderada por OHL con una participación del 60 %, la concesión para la construcción, gestión y explotación durante 30 años de la ampliación de la zona regable de la primera fase del Canal de Navarra.
Esta es la mayor licitación de obra pública realizada en Navarra en los últimos años. La UTE OHL-Agbar ha previsto una inversión de 103,2 millones de euros (sin IVA) en las obras de la concesión y recibirá del Gobierno de Navarra un canon anual medio de 8,53 millones de euros.
Con la adjudicación de este contrato, OHL participará en un proyecto que tendrá beneficios muy relevantes para la zona afectada por el mismo. Cuando la zona regable esté terminada, en el año 2018, se estima que el valor de su producción anual en el sector primario ascenderá a 45 millones de euros, frente a los 24 millones que alcanza actualmente. Con ello, el beneficio para las explotaciones agrarias se prevé que pasará de 7,12 a 16 millones de euros anuales.
La ampliación de la zona regable está formada por 15.275 ha de las riberas de los ríos Ega y Arga, que benefician a 15 términos municipales. El proyecto comprende tres tipos de actuaciones:
- Modernización de regadíos tradicionales en 6.005 ha, que se regarán sin costes energéticos gracias a la cota disponible en el Canal de Navarra.
- Creación de nuevos regadíos mediante la transformación de 5.431 ha de secanos. El 92 % de esta superficie se regará sin costes energéticos y un 8 % con bombeo, aprovechando las líneas eléctricas existentes.
- Reducción de costes energéticos en 3.839 ha de regadíos construidos en las dos últimas décadas, gracias a la mejora de los sistemas de bombeo.
En el aspecto medioambiental, cabe destacar la mejora de la calidad del agua utilizada actualmente en algunos regadíos, ya que se regará desde el Canal de Navarra con agua del Pirineo, en lugar de los ríos Ega y Arga, que tienen problemas de calidad en época de estiaje.
Por otra parte, esto supondrá el aumento de los caudales de ambos ríos, al suprimirse las dotaciones actuales para riego, lo que implicará una mejora de la calidad del agua que circula por ellos.